Solo con la excepción del insuperable monte Fuji, la isla de Enoshima es una de las vistas más populares en las estampas ukiyo-e. Tanto que la isla experimentó un enorme incremento de peregrinos a su santuario sintoísta durante la era Edo.
Enoshima es una isla conectada con la playa de Shonan mediante un banco de arena. Dentro de ella destaca la presencia de unas cuevas creadas naturalmente como resultado de la erosión de las olas, denominadas en japonés Iwaya, de las cuales se dice que eran un lugar para las prácticas ascetas de los antiguos ritos religiosos, que atrajeron a un gran número de célebres ermitaños en la antigüedad. Durante la era Kamakura, a petición del primer shogun, Minamoto no Yoritomo, el monje budista Mongaku hizo sus plegarias para que la diosa budista japonesa Benzai-ten apareciera en la isla de Enoshima. Como resultado de este hecho, la isla de Enoshima atrajo a un gran número de fanáticos de la diosa Benzai-ten, al igual que a un gran número de viajeros gracias a su espléndido y hermoso paisaje.
Aunque, la isla de Enoshima en las estampas ukiyo-e fue inicialmente representada junto con el monte Fuji y la puesta de sol, a imagen del monte Horai, monte mítico para el taoísmo chino, con el paso del tiempo, aumentaron las estampas ukiyo-e que reflejaban a los visitantes a la isla de Enoshima.